Vivir sin límites

Jul 24 / Diamela Kunzi
No tenemos dudas de que apenas leíste el título de este devocional pensaste ¿Cómo? ¿Vivir sin límites? ¡Eso no es propio de los hijos de Dios! Y tienes toda la razón, nuestra vida como cristianos está diferenciada de cualquier persona del mundo porque sabemos poner límites, o, al menos, eso intentamos cada día cuando queremos obedecer la palabra  y poner freno, límites a nuestra carne pecaminosa y decidimos ir tras el camino trazado para los hijos de Dios.
Si has nacido en una iglesia o viviste parte de tu niñez y adolescencia en una, seguramente recuerdes que las enseñanzas (al menos hace algunos años atrás) siempre estaban centradas en los límites que debíamos tener, con nuestra boca, con nuestros actos, con nuestra forma de vestirnos, con nuestros amigos, consumos, y un sinfín de etcéteras. Nos acostumbramos a pensar que la vida de un cristiano era un constante límite para todo, y muchas veces así transmitimos que es nuestra vida. No es novedad que muchas personas identifican a los cristianos con “los que no van a bailar”, a las iglesias como un lugar donde “no se pueden equivocar” y a la Biblia como una lista de diez mandamientos que dicen “no”.

En este momento, te queremos invitar a darle un giro a esa forma de pensar, tomar otro rumbo de pensamientos y empezar a vincular nuestra vida de hijos de Dios como una vida sin límites, donde la libertad espiritual y emocional, es tan importante, que la lista de cosas que podemos hacer para que la luz de Jesús brille a través de nuestras vidas es enorme. Piénsalo por un segundo ¿Cuántas cosas puedo hacer para la gloria de Dios? ¿Cuántas cosas dice Jesús que podremos hacer en su nombre? ¿Qué tan extensa es la lista de buenas acciones que levantarían en alto el nombre de Dios? ¿Cómo me verían los que no creen si empiezan a vincularme con la libertad que el evangelio le dió a mi vida?

Claro que el desafío de reflejar a Jesús en mi vida conlleva la responsabilidad de decidir qué cosas, conductas, palabras y personas me conducen por el buen camino y cuáles me desvían de él y sobre éstas últimas es indispensable poner límites, pero una vez que tenemos esos límites claros y bien cimentados empecemos a vivir en la libertad que nos fue dada, en la gracia de su amor y en las buenas obras que él preparó de antemano para nosotros.

La versión hispanoamericana de la Biblia , dice en Corintios 13:7 que el amor “ disculpa sin límites, confía sin límites, soporta sin límites, espera sin límites” ¿y sabes qué? Si Dios vive en nosotros y Dios es amor, nosotros estamos llamados a ser reflejo de ese amor. Y aunque nos hieran, disculpar sin límites, aunque nos hayan traicionado, confiar sin límites, aunque estemos agotados, soportar sin límites, aunque no tengamos respuestas ni veamos cambios, esperar sin límites. Y te agregamos el mandamiento más importante pensado desde los límites AMA SIN LÍMITES , toda expresión del amor de Dios debe ser sin límites.

Te invito a pensar en tu ministerio como esa máxima expresión del amor de Dios a otros. Y reflexiona sobre esto:

  • ¿En qué áreas de mi vida personal siento que debo poner límites porque no me conducen a buenas obras?
  • ¿En qué situaciones puntuales del ministerio pongo límites al perdón? (no perdono o me cuesta perdonar)
  • ¿Qué es aquello que estoy cansado de esperar y me cuesta creer que puede llegar en mi ministerio?
  • Escribe 3 acciones puntuales que puedes hacer en tu ministerio y con quienes te rodean para vivir sin límites el amor de Dios.